Reunión de directorio de Open World vía Zoom. Me
conecté vestido con un saco negro y camisa blanca abierta, sin corbata. Ya
estaban todos en sus rectángulos virtuales, a punto de empezar.
-Bienvenido Teo- saludó Selena.
-Hola a todos.
-Hola
-Hola.
etc.
-Abrimos la sesión. Miguel nos va a hablar sobre los
efectos el coronavirus, desde una perspectiva de género.
-Gracias Selena –empezó Miguel-. Voy a resumirles un
informe de dos investigadoras hindúes acerca del diferente impacto que tiene el
coronavirus en cada sexo. Los hombres no resisten al virus igual que las
mujeres. Son mucho más vulnerables. A igual cantidad de infectados, la tasa de
mortalidad varía enormemente según el sexo. En Italia las estadísticas reflejan
esta disparidad de manera dramática: el 70% de los fallecidos son hombres,
contra un 30% de mujeres. Una proporción similar se registró en China, donde falleció
un 66,6% de hombres, y un 33,3% de mujeres. En nuestro país, los primeros cien
muertos por la enfermedad fueron 73 hombres y 27 mujeres. ¡Casi el triple de
mortalidad para ellos!
-Guau –exclamó Florencia Ratto.
-Increíble –murmuró Magui Sáenz.
-¡Genial! –celebró María Marta, aplaudiendo.
-No se pasen, chicas, Open World es una fundación
igualitaria –reprendió Selena-. Buscamos borrar diferencias, no acentuarlas.
Un
pensamiento cruzó por mi cabeza… “¿borrar penes?” pero lo suprimí al instante.
A veces el diablo machista me puede, pero lo mantengo a raya con una estricta
disciplina.
- El grupo de investigadores
–prosiguió Miguel- dirigidos por Aditi Shastri, oncóloga del Centro Médico
Montefiore en Nueva York y su madre, la microbióloga Jayanthi Shastri del
Colegio Médico Nacional Topiwala en Mumbai, plantearon una hipótesis que
reconoce como altamente preliminar: que los testículos pueden albergar el virus
del SARS-CoV-2 en - nombre técnico del virus que causa el COVID-19-,
proporcionándole un santuario del sistema inmunológico. Mientras que las mujeres ofrecen al coronavirus muchas
oportunidades para entrar en sus células, los testículos de los hombres pueden
dar al virus un punto de entrada adicional. Y como los testículos están
aislados del sistema inmunológico, pueden ser uno de los últimos escondites de
los que el virus es expulsado.
-Recuerdo haber leído que los testículos conservan
una temperatura más baja que el resto del cuerpo –me animé a señalar.
-Así es –confirmó Miguel, quien es médico-. Este
estudio no fue publicado en una revista médica, sino directamente en Internet,
por lo cual aún debe ser confirmado. Los varones examinados por la doctora
Aditi tardaron más tiempo en eliminar el virus de su cuerpo que las mujeres.
-Claro, en los varones el virus tendría un búnker
donde resistir –convine.
-Así parece… hay muchos
precedentes de un patógeno que se instala en un rincón tranquilo para eludir
las defensas inmunológicas del cuerpo. Se encontró que el virus del Ébola se
escondía en las células pigmentarias de la retina humana, dejando incluso a los
pacientes recuperados con un virus persistente.
–Qué interesante… -comentó Pedro
Albarracín, el tercer varón en el directorio, quien se hace llamar “Pedrito
Rico”.
-A los varones parece que les fascina
este tema –comentó Selena.
-No es para menos, somos las víctimas
preferidas del virus –respondió Pedro.
-La hipótesis de la doctora Aditi
–concluyó Miguel- es una explicación biológicamente plausible para la
disparidad de género observada en las infecciones por COVID-19. Se sabe que el
coronavirus se une a los receptores ACE2, que abundan en sólo un puñado de
tejidos, incluyendo el de los testículos. Y esto puede ayudar a explicar el
claro patrón que surge de la epidemia de COVID-19. Mientras que las tasas de contagios
se acercan a una paridad de género, los hombres han muerto de COVID-19 en tasas
notablemente más altas que las mujeres en China, Corea del Sur, Italia y los
Estados Unidos.
-¡El hombre es el sexo débil del
coronavirus! –exclamó Cecilia Johnston, y todas las mujeres del directorio
estallaron en una salva de aplausos, no se sabía si dirigida a la exposición de
Miguel, o festejando la muerte de tantos viejos representantes del patriarcado.
-Perfecto. Excelente tu exposición,
Miguel –Selena retomaba las riendas de la reunión virtual-. Teo, sé que recién
estás en los inicios, pero ¿podrías contarnos algo de tu proyecto?
-Por supuesto –me aclaré la garganta-. Mi
proyecto se dirige a minar la moral del patriarcado. Hemos aprendido en las
clases de coaching que a la hora de enfrentar un desafío, la moral lo es todo.
Un equipo que no cree en la victoria genera su propia derrota. Ya las grandes
productoras de películas y series como Netflix presentan a las mujeres
vencedoras en toda situación, para educar a la sociedad. Pero el efecto de
estas ficciones es limitado, porque transcurren en un universo irreal. Y el
público lo sabe. Cuando vemos a una actriz delicada derribar de un puñetazo a
un hombretón, sonreímos con escepticismo… “esto sólo pasa en las películas”,
nos decimos, y no alteramos nuestra visión de la realidad. Terminada la
película, volvemos a nuestra vida, donde los machos siguen maltratando y
violando cada vez que tienen ocasión. Nada ha cambiado.
-El macho ya no tiene cabida dentro del universo
de ficción –señaló Kiara Fajardo, escritora de éxito y consultora de un
importante grupo editorial-. Pero en la vida real es otra cosa…
-Coincido plenamente –continué-. Por eso
mi proyecto quiere plantear la batalla en la vida real. Hemos creado una página
de Facebook, donde nuestra sujeto, Kriss Jaramillo, interactúa con varones de
todas las extracciones sociales, incluidos los guettos donde aún perdura el
machismo: la Policía Federal, ex combatientes de Malvinas… puedo decir que los
resultados de estas primeras interacciones son sorprendentes, y se verán
reflejados en mi informe final. La página sumó 402 seguidores en los primeros
cinco días, y hoy, a diez días de su primera publicación, ya superó los 6.000.
Mis proyecciones estiman más de cien mil seguidores para fin de mes.
-Para producir cualquier efecto social
medible, necesitamos millones –apuntó Selena, reflexiva.
-Puede que en tres meses los tengamos. El
exhibicionismo funciona.
-No tengo dudas –respondió Selena
secamente.
Nuestra directora desconfiaba del exhibicionismo femenino, por ser
feminista de la primera hora. En su opinión, la mujer no debía convertirse en
un objeto sexual… pero las manifestaciones de Femen con mujeres mostrando los
pechos cambiaron su percepción.
-Hay algunas reacciones sorprendentes de
los seguidores de la página a las consignas feministas. No es no cosechó 12 me gusta y ninguna crítica. Macho tumbado no pega! idem. Ninguna
objeción. Se mira y no se toca,
escrito al lado de sus fotos más provocativas, no impidió una catarata de
corazones y me gusta. Como si la prohibición de tocar no fuera una burla
dirigida a ellos, y como si la provocación fuese un derecho de la mujer, que el
varón no puede cuestionar.
-Los varones están aprendiendo, no hay
duda –aprobó María Marta.
-Pero lo más sorprendente está en los chat
–puntualicé-. Allí Kriss cuenta historias transgresoras y propone a sus seguidores
juegos inaceptables para la dignidad masculina. Y ellos aceptan tales
transgresiones a sus propios valores, en los cuales fueron educados. Solo unos
pocos años atrás, las acciones relatadas hubiesen generado repudio y
marginación social. Y los juegos propuestos para rebajar su dignidad de machos,
rechazo y desprecio.
-Qué horror… ese desprecio machista por
la mujer! –expresó Kiara.
-En mi juventud presencié reacciones así,
ante actitudes femeninas mucho menos audaces y transgresoras que las documentadas
en nuestra página. Pero ahora las cosas han cambiado para mejor. Puedo
adelantarles –en vista de este primer testeo- que la moral en las filas del
patriarcado está muy baja, por los suelos. Ya no se animan a enarbolar ninguna
bandera. Permanecen como una tribu paria en nuestro país, sin voz, sin líderes…
únicamente pueden ejecutar actos individuales de venganza, que son rápidamente
reprimidos por la comunidad.
-Son peligrosos todavía –apuntó Selena-.
No como colectivo, ya no tienen apoyo institucional. Ni organización alguna que
los nuclee. No tienen lobby, no tienen prensa, no tienen nada. Son lobos
solitarios, perseguidos y desesperados… pero siguen causando daño.
-Así es –convine-. Tal cual. Por eso hay
que destruirles la moral. Aunque esté baja, todavía les queda suficiente para
resistir y dar pelea aquí y allá. Es el momento de darles el golpe de gracia.
-Estoy de acuerdo con vos. Si nadie
actúa, sólo es cuestión de tiempo hasta que esos parias –como bien los
calificás- encuentren un cabecilla que los organice, y empiecen a librar una
guerra de guerrillas contra nosotros.
-La página de Facebook es sólo una parte
de mi proyecto. También habrá videos ideológicos que expresen el empoderamiento
de la mujer en las relaciones de pareja…
-¿Has filmado algo ya?
-Hicimos una prueba… estoy en eso.
-¿Van a salir por You Tube?
-En principio sí. Veremos si no los
censuran.
-Te los van a bajar, Teo –observó Pedro.
-No, si yo toco ciertos contactos –repuso
Selena con aires de misterio.
-¡Bien ahí! –apoyó Pedro con alivio.
El era el responsable de la difusión audiovisual, y naturalmente
prefería la publicación por You Tube: era directa y masiva, le ahorraba todo el
trabajo.
-Por último –dije levantando la voz-
filmaremos con un equipo profesional los encuentros íntimos de Kriss con sus
seguidores. Estas serán las perlas del proyecto: aquí se la verá a ella
enfrentando al macho, para ser violada por él o humillarlo sin excusas… serán
duelos personales cargados de adrenalina, donde la fuerza anímica y la suerte
jugarán un papel fundamental. La gente esperará con impaciencia su estreno en
la fecha anunciada y los presenciará hecha un manojo de nervios, comiéndose las
uñas… como una final de fútbol.
-¿Oí bien? –saltó Selena- ¿Ella puede ser
violada?
-Kriss tiene su carácter… confío en ella.
-Vos sabrás, es tu proyecto –concedió
Selena, prefiriendo pasar por alto las sombras de mi iniciativa-. Vamos a hacer
un break para almorzar y luego seguimos con la reunión.
Ya eran las cinco de la tarde. El meeting de Open World acababa de
terminar. Abandoné mi puesto frente a la pantalla y fui a servirme un
“Destornillador”, jugo de naranja con vodka. Preparé un vaso para Kriss, aunque
ella no es muy amiga de las bebidas alcohólicas. Quería relajarme y y pasar un
buen momento con ella, a fin de cuentas era mi única compañía durante este
aislamiento interminable. Nuestros hijos ya eran independientes, sólo nos
teníamos el uno al otro. O mejor dicho, yo ya no tenía nada, apenas una mujer
en préstamo hasta el fin de la cuarentena… y ella varios amantes esperándola
impacientes, masturbándose a más y mejor.
Desde nuestro último encuentro sexual,
tan satisfactorio para ella, y tan enloquecedor para mí, había pasado una
semana. De más joven no hubiese soportado retener mi excitación tanto tiempo,
pero los 62 años servían para apaciguarme hasta cierto punto. Sos un viejo
derrotado, Teo, antes no hubieses dejado que tu mujer te trate así. Quería
suicidarme. De verdad. Pero como decía mi suegra –que Dios la conserve- “¿qué
apuro hay para morirse?”.
Yo era un náufrago sentimental que se limitaba a sobrevivir. Desplegaba
mi pobre estrategia para abrir una grieta en su armadura de indiferencia y
obtener aquello que los viejos poetas árabes consideraban el sustento del
corazón: Cuando era joven me alimentaba
con saliva de vírgenes, rezan los Cantos de la Caravana. Yo ya no era
joven, pero aún deseaba algunas gotas más de aquel sustento milagroso, antes de
morir.
Llevé los tragos al living y le ofrecí uno. Ella justo acababa de
terminar su teletrabajo, y me lo aceptó. Bebimos mientras hablábamos naderías,
cuando sonó el timbre: no lo oía desde el lejano comienzo de la cuarentena.
-¿Quién será? –pregunté extrañado.
-Carlos, el vecino de Mar Azul. Lo llamé
para reparar el aire acondicionado, ya viene el invierno y no está tirando
calor.
-No sabía que se dedicaba a eso.
-Me había comentado en el verano que
tiene un taller de reparación con el hijo.
Maldición, pensé, justo ahora. No tuve más remedio que bajar a abrir.
Saludé a mi vecino de la costa, a quien Kriss siempre consideró un acosador.
Cuando pasaba por el pasillo hacia la casa del fondo se detenía para mirarle el
culo por el tragaluz, mientras ella cocinaba en bañador. Venía con el hijo
mayor, un barbudo de 22 años, sumamente tímido. Apenas entrábamos los tres por
el ascensor con sus grandes cajas de herramientas. Llegamos al séptimo pero no
los hice entrar a casa, sino que subimos por la escalera hasta la terraza,
donde el equipo está instalado bajo la ventana de una habitación vacía,
antiguamente destinada al portero.
-Los dejo acá trabajando –dije, tras
mostrarle el equipo y su conexión hacia el piso de abajo donde vivimos
nosotros.
Bajé la escalera y encontré a Kriss en el dormitorio, saludando con la
mano al vecino. La ventana de la terraza tiene una vista privilegiada hacia
nuestra cama, si uno se asoma por ella. Y nuestro vecino y su hijo trabajaban
precisamente allí, asomando medio cuerpo para cambiar el caño del acondicionador. Como mínimo, les
llevaría un par de horas. Kriss se volteó y me miró con los ojos encendidos:
-¿Vos querías filmarnos haciendo el amor?
-Sí… el video anterior salió oscuro.
-Me parece que ahora hay mejor luz.
-Ya instalo el celu en el trípode.
Ninguno de los dos hizo referencia al hecho evidente de que nos verían
por la ventana, abierta de par en par. Ella por mantener su hipocresía conmigo
en cuestiones de sexo, y yo por no perder mi oportunidad. Mientras comprobaba
el ángulo en que filmaba la cámara, ella comenzó a quitarse la ropa de espaldas
a la ventana, hasta quedar con aquella tanga negra que me enloquecía. Me fui
hasta ella y nos abrazamos, Kriss enlazando mi cuello como una enredadera, yo
acariciando sus nalgas… miré de reojo hacia la ventana de la terraza y comprobé
que ambos vecinos, padre e hijo, no se perdían nada de lo que pasaba dentro de
nuestro dormitorio, aunque fingían trabajar.
-¿Sabés lo que me decía el vecino este
verano? –murmuró divertida.
-No. ¿Es importante?
-Que el hijo es muy tímido, no sabe cómo
levantar minas…
-Ajá.
-Y que los dos vuelven muy frustrados de
la playa “con todos esos culos mostrándose, y el pibe sin ligar nunca”.
-Claro, por eso vos les estás mostrando
el tuyo…
Kriss me tumbó sobre la cama y se subió a horcajadas sobre mí, dándome
la espalda. Quería que los vecinos la vieran en acción… yo no quería mirar por
la ventana, porque sabía que los iba a encontrar asomados, observándonos. La
situación me daba vergüenza: ellos iban a ver cómo me montaba mi mujer. Pero al
ver su hermoso culo bailando lentamente sobre mi vientre, perdí todo resto de
orgullo y comencé a acariciar sus nalgas mientras ella forzaba de a poco la
penetración. Su culo iba devorando mi pene, literalmente. Lenta pero
inexorablemente… ¡esto es lo que les espera, congéneres! No hay escapatoria. La
naturaleza nos hizo para eso.
Y
Kriss abusaba de su suerte y la posición de poder que le había dado el destino:
a algunos les toca ser depredadores, a otros depredados. ¿Quién hizo el lomo
del caballo a la medida justa de las piernas humanas? ¿Quién hizo mi vientre
placentero para sus nalgas, y mi erección un palo para que ella juegue a
meterlo y sacarlo, saltando y gimiendo de gozo? Empecé a ponerme tenso, miré
hacia la ventana y vi dos siluetas asomadas en silencio… ¿qué sentían ellos?
¿Deseo? ¿envidia? ¿frustración? Pero por sobre todo había algo más en sus
miradas, que creí descifrar: cierta complicidad con nosotros, querían que
cumpliésemos nuestro ritual hasta el fin.
Kriss
también los miraba mientras imprimía un ritmo lento a sus glúteos, domando la
rebelión de mi pene con autoridad. Esa mirada les decía a los de la ventana:
“Están del lado de los perdedores. A ustedes puedo domarlos también”. Yo estaba
ya por estallar.
La
jinete aceleró sus movimientos, como quien monta un caballo al galope. Sus
jadeos dieron paso a unos yahoo! salvajes, que los vecinos no podían dejar de
oír. Yo empecé a contraerme en espasmos debajo suyo, como si me estuviesen
matando. Al mismo tiempo sentí que llegaba su orgasmo: Kriss puso todos sus
músculos en tensión, mientras me exprimía el jugo de la vida…
Un minuto después la escena había cambiado: mi mujer ya no estaba en la
cama, los vecinos habían abandonado la ventana, y yo permanecía clínicamente
muerto sobre el colchón.
Revisé la filmación captada por mi celular: tenía la luz perfecta. El
cuerpo de Kriss se veía hermoso a media luz, y al estar de espaldas, podía
mantener el anonimato. Mi cuerpo era apenas una masa oscura debajo suyo, y mi
pene se veía en segundo plano, como un palo erecto amasado por sus nalgas. Yo
estaba conforme: la escena se situaba en el límite entre lo erótico y lo
pornográfico.
Me
levanté y empecé a vestirme, preparando mi mejor cara de piedra para pagarle al
vecino, quien ya golpeaba la puerta.
-Dejá, yo lo atiendo –se me adelantó
Kriss.
Se había
puesto su conjunto negro de “Los Vengadores”, chaqueta de cuero con calza
ajustada y botas. A través de la puerta abierta la vi conversando formalmente con
los vecinos. Llamó el ascensor y los acompañó hasta la planta baja para
abrirles la puerta. Al rato subió de nuevo.
-¿Todo bien? –pregunté.
-Sí, me cobró barato… dos mil pesos.
-¿No hicieron ningún comentario zafado?
-No… calladitos los dos. En el ascensor yo lo miraba
al pibe a los ojos, pero él nunca levantó la vista.
-Te respetó.
-Sí. Los pibes de ahora son divinos.
-¿Y el padre?
-Ese sí me miraba todo el tiempo…
-¡Qué lindo triángulo de miradas!
-Yo lo despedí con desprecio. Uno de estos días lo
denuncio por acosador.
-Si el aire acondicionado no larga calor, vamos
juntos a hacerle la denuncia.
-¿Salió bien la filmación?
-Súper.
Al día
siguiente me puse a editar el video. No me bastaba con mostrar la cópula,
quería sumarle una dimensión ideológica. Así que recopilé viejas fotos de hace
un siglo donde aparecían matrimonios patriarcales, con el hombre sentado y la
mujer de pie detrás. Uno de las fotos era de Emiliano Zapata y su mujer. Las
puse al principio del video, como contraste con nosotros, para ilustrar el
cambio de paradigma en el matrimonio de un siglo al otro. El hombre era el
arquetipo dominante en el 1900, y consecuentemente, la posición sexual aceptada
era la del “misionero”, con el hombre encima de la mujer. A vuelta de siglo,
las cosas habían cambiado: en la sociedad actual la mujer es el modelo a
seguir, en concordancia mi video la mostraba empoderada en la cama, sojuzgando
al marido.
El audio
debía reforzar las imágenes, darles vida. No quería música de fondo, como en una
película XXX del montón. Encontré la grabación de una manifestación feminista
donde las chicas coreaban a viva voz un cantito que anuncia la caída del
patriarcado y el ascenso del feminismo. Me agradó por su tono de escarnio a los
viejos valores, y decidí usarla como fondo de las fotos patriarcales del 1900. Para
las escenas de sexo, en cambio, encontré un audio grabado en la cancha, donde
la hinchada de Talleres se burla del equipo rival con repetidos “¡oles!” por no
poder agarrar la pelota. Lo probé con nuestra cópula y calzaba justo: Kriss
bailaba sobre mi vientre... ¡ole! Kriss
domaba mi erección entre sus nalgas… ¡ole! yo aguantaba sus culazos sin
reaccionar… ¡ole! mis manos acariciaban sus curvas… ¡ole! ella me cabalgaba con
furia…¡ole! yo permanecía manso debajo…¡ole! sus piernas entraban en
tensión…¡ole! yo sufría espasmos terminales… ¡ole! ella alcanzaba el orgasmo…
¡ole! ¡ole! ¡ole!!!!!!!!!!!!!!!!
El video estaba listo.
Pedro C.
5 May 2020 23:18
Ahora están
conectados en Messenger.
Pedro C.
Hola hermosa, besos
Kriss
¿Cómo estás?
Pedro C.
Bien, viendo tus
fotos. Sos una belleza
Kriss
Se me ocurrió filmar
un video erótico con mi marido
Y compartirlo
Para que la gente se
divierta un poco
Pedro C.
No, eso es para que
se burlen
Kriss
Te parece?
Pedro C.
Sí, es una locura!
Cómo vas a mostrar
lo que hacés en la cama con tu marido?
Kriss
No tengo por qué
esconderme
Soy demasiada mujer
para un solo hombre
Pedro C.
Y qué te gusta
hacer?
Kriss
Montar machos
Pedro C.
Que lindo, ojalá
estuviese cerca
Kriss
Porqué creés que
alguien se va a burlar del video?
Pedro C.
Y yo calculo que es
la intimidad de uno, y tenés que disfrutar en pareja, no que otro mire, no
tiene sentido
Kriss
En una de ésas te
entusiasmás cuando lo veas.
Pedro C.
Y eso depende, mejor
es personalmente
Kriss
Claro, pero estamos
en cuarentena...
El Gobierno
recomienda sexo virtual.
Pedro C.
Sí es verdad, pero
el sexo virtual no va.
Kriss
Bueno, por ahora no
te mando nada entonces
Pedro C.
Si querés enviame
Kriss
No… mejor más
adelante
Pedro C.
Dale quiero verte
Kriss
Qué pasó? Cambiaste
de opinión?
Pedro C.
No, no es eso, a vos
sí quiero verte
Kriss
Ah, te empezaste a
calentar conmigo...
Pedro C.
Cómo vas a enviar
Kriss
Te mando el link.
Hacés clic y lo ves.
Pedro C.
Qué tengo que hacer
Kriss
Chuparme la
concha... quiero decir, ver el video! https://www.youtube.com/watch?v=mIHz685mAbU
6 MAY 2020 00:32
Pedro C.
Qué suerte tiene tu
marido
Cómo me gustaría
estar en su lugar
Kriss
No era que no estaba
bueno ver retozar a los demás?
Pedro C.
Es que vos tenés
unos movimientos
no puedo dejar de
mirar cómo te lo montás
Kriss
Pajeate pensando en
mí
Pedro C.
Termino de verlo y
lo pongo de nuevo
Kriss
Pajeate pajeate pajeate pajeate pajeate pajeate pajeate pajeate pajeate!!!
Martin y tú no están conectados en
Facebook
Vive en Buenos Aires
7 MAY 2020 11:19
Saluda a tu
amigo nuevo en Facebook, Martin.
Kriss
Videíto filmado en
cuarentena para que te hagas la paja pensando en mí: https://www.youtube.com/watch?v=mIHz685mAbU
Martín G.
Muy bueno!!!
Kriss
Te gustó?
Martín G.
Sos buena jinete, se
nota
Tenés talento para
montar tipos
Kriss
Seré curiosa... ¿qué
edad tenés?
Martín G.
37
Kriss
Bueno, yo así como
me ves en el video, que lo filmé la semana pasada, tengo 54.
Y mi foto de perfil,
donde estoy con el caballito de palo, es de este verano.
Martín G.
Te ves muy hermosa.
Y no parece que tengas esa edad
Kriss
Sí... yo viví las
dos épocas, la del machismo cuando era adolescente y no podía cruzar sola una
plaza porque los tipos me pellizcaban el culo, y esta época actual, donde los
varones ya no se animan con nosotras.
Martín G.
Bastante cambiante
es la sociedad
Kriss
No cambiaron los
tiempos... cambiamos las mujeres!
Martín G.
Mientras que sea
para bien.
Kriss
Yo ahora voy por una
calle donde hay poca gente, y si me cruzo con un tipo, lo miro directo a los
ojos.
Y sabés qué?... el
tipo baja la vista!!!
Nunca pensé que
podía a pasar esto. Pero está pasando.
Martín G.
Está bien. Que haya
igualdad.
Contame como te
trata la cuarentena?
Kriss
Ya ves en el video
cómo la estoy pasando
Martín G.
Por lo visto, muy
bien!
Kriss
Y vos?
Martín G.
Yo nada de eso,
lamentablemente.
Pero bueno. Y ahora
trabajo. Tranqui
Kriss
No tenés novia
Martín G.
Ya no.
Kriss
Bueno... pajeate con
mi video entonces!
Martín G.
Jajaja
Kriss
Estamos en la época
del sexo virtual.
Martín G.
Jajaja
Sí, lo recomendó el
ministro
Martín G.
Mmm te trato?
Te tuteo o formal?
Kriss
Formal.
Podés ponerte de
rodillas y lamerme el culo, pero formalmente... tratándome de usted.
Martín G.
Jajaja
Bueno
Martín G.
Contame algo más de
vos?
Kriss
Trabajo en el Inadi
Así que no te pasés
conmigo
Martín G.
Ok. No te preocupes
Una vez más, comprobaba que los jóvenes
venían domados de antemano: Kriss sólo debía montarlos y llevarlos a donde
quisiera. No cuestionaban nada ni se rebelaban... por el lado de ellos no había
nada que temer. La ingeniería social había hecho bien su trabajo,
evidentemente. Pero no convenía descuidarse… las crónicas
policiales demostraban la necesidad de proseguir sin descanso la tarea de
educar al macho. Y mi proyecto agregaba su granito de arena en la deconstrucción
de este milenario arquetipo social.
Video de You
Tube: “¡Domando al patriarcado!”
Metáfora
visual que ilustra el cambio de paradigma en el matrimonio de un siglo al otro.
El video empieza con fotos de esposos tomadas alrededor del año 1900, en blanco
y negro o sepia. En todas ellas puede verse al marido sentado y la mujer de pie
a su lado, según la pose típica de la época. El lenguaje visual resulta claro:
el hombre tiene derecho a sentarse, la mujer no. Ella permanece de pie, lista
para servirlo como una esclava. La música de fondo –tomada de una manifestación
feminista- anuncia que dicho modelo de pareja va a desaparecer.
A continuación se muestra un matrimonio del
siglo XXI en la cama: las posiciones se han invertido, la mujer domina la
situación desde una posición superior, y el hombre permanece debajo de ella, en
actitud sumisa. Ella maneja el ritmo de la cópula a su antojo, en tanto el
hombre ofrece su cuerpo al uso que ella quiera darle, como un esclavo. Ahora
ella es la sujeto de la cópula, y el hombre el objeto.
Un coro de hombres ovaciona la actitud
empoderada de la mujer, confirmando la aceptación del nuevo paradigma por parte
del género masculino.
He aquí algunos comentarios al video: “Bien por la joketta! de la cama al hipódromo sin escalas!”, “Gran domadora”, “Que ricooooo qué ganas de coger así”, “Flor de jineteada le pegó”, etcétera… todos ellos admirativos por la forma en que una mujer del siglo XXI sojuzga a su marido en la cama. A los hombres no les importaría pasar a un segundo plano sexual, evidentemente… pero ¿querrán las mujeres ponerse a la vanguardia? Yo tenía mis dudas sobre esto.
***
27 de abril
Kriss publicó una historia
Subí una foto de Kriss tomada en Panamá, en la terraza de un hotel con piscina. Ella está de vestido negro, apoyada en la baranda de la terraza, contemplando la ciudad. Sería una foto romántica, excepto por un detalle: ella se levantó la parte trasera del vestido, y se ven enteras sus nalgas soberbias, enfundadas en una tanga negra. Acompañando la foto el siguiente texto escrito por ella:
Te llamo machirulo
x q me lamés el culo
Y se te alarga el pirulo
pero para mí sos nulo
No podés ponerla, chulo
con mis piernas te enstrangulo
Me chupás sin disimulo
con tu nariz en mi culo
No es mentira, no es un bulo
que sos mi esclavo y mi mulo
Y te salto encima, rulo
y en la boca te eyaculo
No te aprecio ni te adulo
y te aplasto con mi culo!
Se había compenetrado de su personaje a punto tal, que ya no le costaba nada cosificar al macho. Había dejado de ser Kristalía Morales, para convertirse en la domadora de hombres surgida de mi imaginación.
***
29 de Abril
Kriss publicó un post
Anoche tuve un sueño muy vívido... Soñé que estaba en otra época, en la frontera de Buenos Aires. Mi vista se perdía en el horizonte, sólo se veían vacas y nuestro rancho… La llanura infinita empezaba a retumbar con un galope lejano, al rato el horizonte se erizó de lanzas… era un malón! Mi marido corrió a buscar su fusil. Cuando los primeros indios se acercaron, él les disparó, mató a dos antes que una bola perdida lo alcanzara. Cayó al suelo con la cabeza ensangrentada, entonces llegó un indio al galope y le clavó una lanza en el pecho. A mí no me importó mucho verlo morir.
El indio se acercó a mí y me arrancó la ropa, sin bajarse del caballo. Yo quedé semidesnuda, sólo con un taparrabos de cuero. El salvaje iba completamente desnudo, con un solo movimiento de su brazo me enlazó por la cintura y me subió al caballo, sentándome adelante suyo. Con los talones picó los ijares y salimos al galope por la pampa infinita. Yo iba aferrada a las crines, saltando al ritmo del flete, el indio iba detrás de mí con la espalda erguida y los brazos caídos, sin sostenerse más que con sus piernas. Están acostumbrados a cabalgar así, para tener las manos libres y pelear. Ahora era oficialmente una cautiva.
Seguimos cabalgando sin pausa. Yo me fui parando en la monta, como una joketta. Con cada salto del caballo, mi culo pegaba contra el vientre del indio. Era una sensación agradable sentir las partes blandas de él bajo mis nalgas firmes. Anduvimos horas así, sin descanso. El se mantenía inmóvil soportando mi culazos con el estoicismo propio de su raza. Ni una palabra, ni un agarrón o caricia con sus manos. Su carne parecía muerta, sin reacción a mis embates involuntarios, provocados por el movimiento del caballo.
Por fin, después de una eternidad así, empecé a sentir su erección, lenta y potente... emboqué mi culo en ella con una delicia inexpresable. Sentí que vencía su estoicismo salvaje, esto era nuevo para él: que una cautiva se atreviese a cabalgarlo en pleno malón. El indio no se movía de su postura hierática, ni falta que hacía; yo hacía entrar y salir su pinga de mi culo… primero apenas, luego cada vez más adentro, hasta meterla entera. Empecé a gritar de júbilo ¡Ha! ¡Haa! ¡Haaa!... el indio iba en silencio. Ahora yo comandaba la situación. Nuestros cuerpos se acoplaban a la perfección con cada salto del caballo.
La pampa era testigo de esa cabalgata insólita. Y los otros indios también, se iban sumando a nuestro costado, y empezaron a los alaridos… ¡Malen brava! ¡Nowü malen! Yo iba cabalgando dos brutos a la vez, con los muslos bañados en el sudor del caballo y el cuerpo impregnado del olor del indio. Mi cabalgata sin fin iba llevando a la horda salvaje al delirio, nunca habían visto nada parecido… ¡Huinca brava! ¡Auuuuuuuu!!! ¡Auuuuuuuu!!! Esto duró horas enteras. La erección del salvaje, lenta al principio, no tenía fin… yo empecé a cabalgarlo más fuerte, animada por los gritos de lujuria de aquella jauría humana. El indio sabía contenerse, tenía un estoicismo sobrenatural para aguantar mis culazos… pero yo estaba decidida a ganar este duelo de voluntades. Cuando el sol se ponía en el horizonte, mientras de todas partes llegaban más indios a escoltarnos, me le puse más brava y salté sin piedad sobre su erección, doblegando al fin su resistencia… oh delicia! empecé a sentir sus espasmos irreprimibles, clamando derrota ante la huinca que lo montó un día entero. Ya no pudo resistir y me llenó el culo de leche, era su bandera blanca de rendición.
Desperté mojada, feliz. Los últimos gritos salvajes aún resonando en mis oídos… a empezar un nuevo día. En mi despacho del Inadi esperaban varias denuncias por abuso sexual.
***
Yo no podía ser menos creativo que mi mujer, así que escribí un post de carácter mitológico para su página:
31 de mayo
la banana de la tentación
eva tomó una
banana del árbol que crecía en el jardín del edén. olió su aroma, la sopesó
entre sus manos, y se le ocurrió ponérsela entre los muslos. se sentía bien
ahí. se la quitó por un momento y la sintió caliente entre las manos. sintió la
imperiosa necesidad de metérsela de nuevo entre los muslos. empezó a apretarla,
cada vez más fuerte. la banana aguantaba como podía la presión. eva estaba de
pie, con su hermoso cuerpo vibrante, aprisionando la banana entre sus piernas.
la fruta empezó a ganar calor. ella lo comprobó palpándola, pero no la dejó
salir de ahí. siguió apretando cada vez con más fuerza, sintiéndose ebria. empezó a saltar presa de un gozo espontáneo,
inexplicable, apretando los muslos con frenesí. de pronto, la banana explotó
entre sus muslos, arrojando pulpa entre las rajaduras de la cáscara. este
incidente imprevisto sumió a eva en éxtasis, puso los ojos en blanco mientras
apretaba más y más la banana, exprimiéndole generosos chorros de pulpa. Nunca
hubiese creído que el edén escondiese semejantes delicias. oculta entre el
follaje, la serpiente miraba complacida. eva había experimentado su primer
orgasmo y se dijo que esto era mejor que comer cualquier fruto.
cuando llegó
adán, no supo cómo explicarle lo sucedido. era una sensación nueva,
completamente diferente a todo. en lugar de explicárselo con palabras, prefirió
buscar lo más parecido que había en su cuerpo. y así fue como jugaron juntos a
exprimir la banana. el resto es historia…
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